En Galicia el envejecimiento también ha registrado cifras récord, con un incremento superior al nacional, de 6,2 puntos porcentuales, aunque no alcanza el mayor aumento de la serie histórica. El índice ha alcanzado un 224,3% (es decir, se contabilizan 224 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16). En 2023 el indicador alcanzó un 218% en la región. Este porcentaje convierte a Galicia en la segunda región más envejecida de España, por detrás de Asturias.
En este contexto, el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco analiza estas cifras, bajo el convencimiento de que el envejecimiento tiene un impacto decisivo en el mercado laboral, planteado la necesidad acuciante de apostar por el talento sénior para garantizar la sostenibilidad del mercado laboral.
Evolución del envejecimiento en Galicia
El siguiente gráfico refleja la evolución del índice de envejecimiento en Galicia, un indicador que expresa la relación entre la población mayor de 64 años y la población menor de 16 años dentro de un territorio determinado.
Contrasta la cifra actual (224,3%) con la de principios del milenio, cuando se situaba en 149%. Galicia ya era por entonces una región envejecida (lo es desde el año 1994), pero este índice no ha dejado de incrementarse, habiendo crecido más de 25 puntos porcentuales en solo 5 años.
Este envejecimiento imparable es fruto de la confluencia de dos factores: una tasa de natalidad en mínimos históricos y una esperanza de vida que tiende al alza. En 2023, el número de nacimientos en España anotó la menor cifra de toda la serie histórica (320.656), mientras que, por el contrario, la esperanza de vida alcanzó una cifra récord de 83,2 años.
Orense, la provincia gallega más envejecida
Galicia (224%) es la segunda comunidad autónoma más envejecida de España, solo superada por Asturias, que vuelve a liderar el ranking con un índice del 257,2% (257 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16). Junto a Castilla y León (223,9%) son las tres comunidades que ya presentan más del doble de población mayor 64 años que menor de 16 años. En el otro extremo, Ceuta (69%), Melilla (56%) y Murcia (98%) son las únicas regiones que resisten con índices aún por debajo de 100%, registrando —todavía— una mayor proporción de jóvenes.
Comunidad Autónoma |
Índice |
Índice |
Asturias |
257,3 |
249,2 |
Galicia |
224,3 |
218,1 |
Castilla y León |
223,9 |
217,2 |
Cantabria |
187,5 |
178,5 |
País Vasco |
176,2 |
169,8 |
Extremadura |
164,9 |
158,1 |
Aragón |
159,1 |
154,3 |
La Rioja |
153,0 |
147,5 |
Canarias |
142,6 |
136,0 |
Comunitat Valenciana |
138,4 |
135,1 |
Navarra |
134,4 |
129,9 |
Cataluña |
131,6 |
127,0 |
Castilla - La Mancha |
131,3 |
126,9 |
Comunidad de Madrid |
126,2 |
121,7 |
Andalucía |
122,4 |
116,9 |
Balears, Illes |
113,9 |
109,6 |
Murcia |
98,1 |
94,4 |
Ceuta |
69,6 |
64,8 |
Melilla |
56,0 |
52,0 |
Total Nacional |
142,4 |
137,3 |
Fuente: Observatorio Vulnerabilidad y el Empleo Fundación Adecco, a partir datos INE
Por provincias gallegas, Orense lidera el ranking y se sitúa como la segunda provincia más envejecida de España (solo por detrás de Zamora). Es la única de las provincias gallegas que sobrepasa el 300%, es decir, ya presenta más del tripe de población mayor de 64 años que menor de 16. La siguen Lugo (282%), La Coruña (214%) y Pontevedra (194%).
Provincia |
Índice |
Orense |
314,80 |
Lugo |
282,01 |
La Coruña |
214,74 |
Pontevedra |
194,75 |
TOTAL GALICIA |
218,1 |
Fuente: Observatorio Vulnerabilidad y el Empleo Fundación Adecco, a partir datos INE
Por provincias gallegas, Orense lidera el ranking y se sitúa como la segunda provincia más envejecida de España (solo por detrás de Zamora). Es la única de las provincias gallegas que sobrepasa el 300%, es decir, ya presenta más del tripe de población mayor de 64 años que menor de 16. La siguen Lugo (282%), La Coruña (214%) y Pontevedra (194%).
Provincia |
Índice |
Orense |
314,80 |
Lugo |
282,01 |
La Coruña |
214,74 |
Pontevedra |
194,75 |
TOTAL GALICIA |
218,1 |
Fuente: Observatorio Vulnerabilidad y el Empleo Fundación Adecco, a partir datos INE
Talento sénior, fuerza laboral estratégica
El mercado laboral se enfrenta a una transformación sin precedentes: el envejecimiento de la población avanza a un ritmo desbocado y el relevo generacional ya no está garantizado. Con 142 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, España se adentra en una nueva realidad demográfica que desafía la competitividad empresarial y la sostenibilidad del Estado del Bienestar. En este escenario, la apuesta por el talento sénior no es solo una opción, sino una necesidad imperante. Sin embargo, los prejuicios y sesgos en los procesos de selección siguen dificultando su acceso al empleo, lo que supone un contrasentido en un contexto de escasez de profesionales.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: "Este récord de envejecimiento sin precedentes refleja la consolidación de un cambio estructural que posiciona al talento sénior como fuerza laboral esencial para la competitividad de las empresas y del país, siendo su discriminación un absoluto contrasentido. Es el momento de poner el foco en las habilidades habitualmente presentes en “los sénior”, como la experiencia, la madurez o el pensamiento crítico, repensando los procesos de selección para eliminar definitivamente los sesgos que dificultan la contratación de los profesionales más veteranos. No hablamos de un reto futuro, sino de una urgencia presente".
En este sentido, el experto destaca la importancia de impulsar iniciativas de reskilling y upskilling en el ámbito empresarial, asegurando que "las compañías puedan maximizar el potencial de su talento más experimentado, ya sea facilitando su reubicación en otras áreas estratégicas o impulsando su crecimiento dentro de su rol actual. De este modo, se evita la pérdida prematura de profesionales con un alto valor añadido y se refuerza la competitividad del negocio".
Además, Mesonero añade que: "Cada vez hay menos jóvenes en edad de incorporarse al mercado laboral, mientras que la población activa envejece y se reduce progresivamente, complicándose el relevo generacional. En este escenario, no podemos permitirnos dejar fuera del mercado laboral a segmentos de la población que tienen mucho que aportar, como las personas desempleadas de larga duración, los profesionales mayores de 50 años -talento sénior- o las personas con discapacidad. Al mismo tiempo, la población migrante representa una oportunidad para cubrir el vacío de una población activa nativa en declive".
La urgencia de este desafío requiere un replanteamiento profundo de las políticas activas de empleo y las estrategias de Diversidad, Equidad e Inclusión (DE&I) en el marco empresarial. Apostar por el talento sénior no es solo una cuestión de justicia social, sino una necesidad para garantizar la sostenibilidad de la competitividad del país y la sostenibilidad del Estado del Bienestar.