Se rompía así con la esperanza que se mantenía, tanto desde el sector como desde la Xunta, de que se aprovechara la oportunidad que suponía que España encabezara en este semestre final del año el Consejo de la UE para conseguir mejores opciones de pesca de cara al próximo ejercicio y siguientes en algún casos, por ser la primera vez que se establecían cuotas plurianuales para algunas especies. Una esperanza que Alfonso Villares vio frustrada cuando se comenzaron a conocer los detalles del acuerdo.
El titular de Mar, que estuvo siguiendo con el sector desde Bruselas acompañado por el director xeral de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnolóxica, Antonio Basanta, tuvo que esperar a la evolución de unos debates que pecaron de opacidad y que se prolongaron mucho más de lo que solían, pues si en el pasado el acuerdo llegaba siempre de madrugada, en esta ocasión se retrasó el anuncio hasta el mediodía. La dificultad para llegar a buen puerto se centró en la reducción de los días de pesca del Mediterráneo y en algunas especies de alto interés para Galicia donde la Comisión Europea preveía meter la tijera y así lo acabó haciendo.
Así, la negociación fracasó a pesar de los días de debate continuado y la Comisión Europea acabó por imponer sus criterios, sin que la delegación española que lideraba el ministro Luis Planas fuera capaz de revertir algunas de las caídas que más preocupaban a los profesionales del mar gallegos, como pueden ser las inscritas en el lenguado, el merlán y la solla que, con cuotas plurianuales, acabaron situándose entre el -17 y el -35 % de bajada. Un lenguado que que se recortó, además, un 60 % en aguas del Gran Sol.
Otro aspecto que propició la intranquilidad de la flota es el descenso en el abadejo, otra cuota establecida a tres años vista que baja un 53 %. También se limitan las capturas para la pesca recreativa a dos ejemplares por día y se establece un cierre completo hasta el mes de abril para esta modalidad. En este pescado la única cuestión que trae algo de luz es que se va a poder pescar indistintamente de Fisterra para bajo y en el Cantábrico, por lo que es posible que llegue la cuota a fin al unificar consumos y pescarlos conjuntamente.
Tampoco fueron buenas las noticias para la cigala en la unidad funcional que corresponde a Galicia, al igual que en la anguila no hubo mejoras a pesar de la buena gestión que se hace desde la comunidad autónoma, manteniendo la veda para el conjunto de la UE en 6 meses.
En cuanto al jurel, a pesar de crecer un 5 % la posibilidad de pesca de Fisterra hasta el Golfo de Cádiz, se mantiene en cambio a restricción en todo el norte de Galicia y conjunto del Cantábrico que sólo faculta las capturas accesorias de esta importantísima especie para la flota gallega, y en especial la del cerco. Los informes presentados por la Xunta, que testimonian un impacto económico en esta actividad de 11 millones de euros, no sirvieron para que se atendiera la petición de realizar un análisis por zonas de la situación del recurso para permitir abrir la pesquería en algunas de estas áreas.
En cuanto a las subidas, no hubo novedades más allá de las recogidas en el documento del que partía la negociación y que responden el buen estado de los stocks, lo que certifica, una vez más, el esfuerzo por la sostenibilidad y el respeto de la flota gallega a la hora de faenar, según destacó Alfonso Villares. Sube esta especie un 10 % en aguas europeas, aunque en Gran Sol, tras el acuerdo con Reino Unido, baja un 12,5 %. También se esperaban los aumentos en rape (7 %) o maga (11 %), avalados ya de entrada por Bruselas.