El envejecimiento de la población tiene su impacto en una fuerza laboral cuya media de edad es cada vez mayor. Así, la representación de los sénior (mayores de 55 años) entre las personas que tienen edad para trabajar tiene un peso creciente, hoy del 22,6% en Galicia. Este porcentaje sitúa a la región gallega en el séptimo puesto del ranking de envejecimiento de la población activa, siendo la media nacional del 20,8%.
COMUNIDAD AUTÓNOMA |
POBLACIÓN |
POBLACIÓN |
% DE PERSONAS |
ACTIVA |
ACTIVA SÉNIOR |
||
Castilla y León |
1.122,7 |
289,8 |
25,8% |
Asturias, Principado de |
454,0 |
110,1 |
24,3% |
Cantabria |
283,5 |
66,3 |
23,4% |
Euskadi |
1.103,0 |
255,3 |
23,1% |
Rioja, La |
161,0 |
37,0 |
23,0% |
Extremadura |
495,5 |
112,9 |
22,8% |
Galicia |
1.255,4 |
283,4 |
22,6% |
Aragón |
676,2 |
146,5 |
21,7% |
Navarra, Comunidad Foral de |
338,9 |
73,4 |
21,7% |
Comunitat Valenciana |
2.691,6 |
562,0 |
20,9% |
Total Nacional |
24.440,0 |
5.089,5 |
20,8% |
Castilla - La Mancha |
1.039,2 |
214,5 |
20,6% |
Cataluña |
4.202,9 |
859,3 |
20,4% |
Canarias |
1.166,9 |
231,6 |
19,8% |
Comunidad de Madrid |
3.749,9 |
741,4 |
19,8% |
Andalucía |
4.154,8 |
816,1 |
19,6% |
Región de Murcia |
781,7 |
149,4 |
19,1% |
Islas Baleares |
684,3 |
125,3 |
18,3% |
En 2024, las personas activas mayores de 55 años alcanzan en las 283.400 en Galicia, un 47,6% más que hace una década y un 72,2% por encima de hace veinte años. Con ello, las personas mayores de 55 años han ganado un gran peso en el mercado laboral gallego (hace una década representaban el 15% y hace 20 años eran el 13%).
Por provincias gallegas, Lugo es la que tiene la fuerza laboral más envejecida (26,8% de la población activa supera los 55 años), seguida de A Coruña (22,2%); Pontevedra (21,8%) y Orense (21,7%).
PROVINCIA |
% Población |
Lugo |
26,8% |
A Coruña |
22,2% |
Pontevedra |
21,8% |
Orense |
21,7% |
Galicia |
22,6% |
A pesar de este envejecimiento creciente, los sénior (más 55) afrontan grandes prejuicios y estereotipos en el mercado laboral que pueden conducirles a la inactividad, al desempleo de larga duración, a jubilaciones forzosas y anticipadas o a un mayor riesgo de exclusión y/o pobreza. Todo un contrasentido, teniendo en cuenta que la edad de jubilación tiende al alza, siendo la contribución sénior clave para la competitividad del país.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “El proceso de envejecimiento ha cogido velocidad de crucero y tiene un gran impacto en el mercado de trabajo. En primer lugar, la fuerza laboral es cada vez más sénior y urge desterrar los prejuicios y estereotipos que dificultan el acceso al empleo de las personas más veteranas, a las que se asocia con obsolescencia o menor flexibilidad. Por otra parte, el envejecimiento trunca las perspectivas de reemplazo generacional, siendo urgente apostar por la cualificación de la ciudadanía como política tractora del país, permitiendo aportar su talento a personas tradicionalmente inactivas como aquellas con discapacidad o mujeres que han dedicado su vida a la familia y ahora desean incorporarse al mercado laboral. No en vano, existe un problema de sincronización entre la formación de los trabajadores y los requisitos de las empresas, que dispara la tasa de desempleo, cuando, al mismo tiempo, las empresas no logran cubrir sus vacantes. Es urgente actuar, mediante políticas activas de empleo, para corregir este desajuste estructural. Además, habrá que abordar con diligencia el reto de la diversidad cultural, teniendo en cuenta el potencial de la fuerza laboral extranjera para llenar el vacío de una población activa nativa decreciente”-