Cuenta con un restaurante (Versátil), dos bares (Fidelio y Splash), salas para eventos y reuniones de negocios, club NEP kids, parque infantil y un Satsanga Spa moderno con salas de masaje, piscina interior, sauna, baño turco y gimnasio. Además, 116 de sus 202 habitaciones tienen vistas al océano, algunas de ellas con balcón, lo que lo convierte en un reclamo ciertamente interesante para aquellos que disfrutan de un café bien caliente mientras otean el horizonte al amanecer; o para quienes juguetean con una copa de vino a la última hora de la tarde, mientras que el sol se va escondiendo.
Las playas de la región son un lugar de peregrinación para los amantes del surf. Ericeira se encuentra en plena reserva mundial del Surf, el anfitrión de una de las etapas del circuito ASP World Tour, que reúne a los mejores surfistas del mundo. De hecho, al pasear por el centro urbano de la ciudad, se puede ver la perfecta armonía entre los bares de inspiración surfera, junto a cafés tradicionales portugueses. Las cimas de los acantilados al atardecer se llenan de locales y visitantes que disfrutan por igual de estampas sencillamente maravillosas.
Como maravilloso es pasear por el Largo das Ribas, con sus impresionantes vistas desde la cima de los acantilados sobre el puerto pesquero y la Praia dos Pescadores. Muy cerca está Mafra, una ciudad que parece de cuento, que contiene uno de los mayores y más extravagantes palacios de Europa, el palacio de Mafra. El recinto consta de un imponente monasterio, una ornada y muy detallada basílica, además de una biblioteca con más de 36.000 volúmenes antiguos y, ¡hasta una colonia de murciélagos!
Cerca de Lisboa (30 minutos por autovía), cerca de Sintra, (20 minutos), Vila Galé Ericeira es un pequeño capricho que vivir al menos una vez en la vida, y así conocer una faceta de Portugal diferente. Un hotel que resiste impasible los fuertes y bravos envites de un océano que se estrella sin cesar contra las rocas, regalando un sonido que funciona como el hilo musical perfecto para los paseos interminables por su intrépido litoral, salpicado de playas en las que practicar surf o simplemente sentarse y dejar que pase el tiempo…