A diferencia de otras empresas con un largo linaje en el sector, la historia de Conservas La Curiosa es un microrrelato en proceso de crecimiento. Su fundador, Cristóbal Fernández mantiene una conexión con el mundo de las conservas muy profunda arraigada en su propia familia.
La madre de Cristóbal, Lucrecia García, dedicó más de 15 años de su vida a trabajar en una conservera, Alfageme, llegando a ser jefa de calidad. Esta herencia hizo que en la mesa de su casa las latas siempre estuvieran presentes.
Después de estudiar Administración de Empresas, Cristóbal sintió una curiosidad creciente por este sector y tuvo la valiosa oportunidad de trabajar en una fábrica de conservas durante un año, experimentando de primera mano el proceso de producción. Fue en ese momento cuando su pasión se unió a su espíritu emprendedor, y supo que "no había vuelta atrás".
Fiel defensor de la calidad de la conserva gallega produce en las mejores fábricas del entorno de la Ría de Arousa, famosa no sólo por su tamaño, sino por la riqueza marina y tradición conservera. Elabora sus productos con la mejor materia prima de las Rías Gallegas realizando sus salsas siguiendo las recetas más tradicionales únicamente con ingredientes naturales y sin aditivos. Manteniendo procesos ya olvidados como el tueste de algunos pescados.
En La Curiosa sólo elaboran conservas de alta calidad a partir de los mejores mariscos y pescados capturados en campaña y en su mejor momento de sazón. El producto es elaborado de forma artesanal, cuidando el enlatado y empacado a mano.
Seleccionando y colocando cada pieza en la lata para garantizar la mejor de las presentaciones en el momento de la degustación, gracias a su pasión por las cosas bien hechas son capaces de conseguir un producto excepcional.
"Sentimos una profunda pasión por el oficio, por la gente del mar, por nuestras rías, por nuestro entorno y por nuestra tradición. Es por ello que hacemos las cosas tal y como se han enseñado generación tras generación", explica Cristóbal Fernández.
EQUILIBRIO ENTRE TRADICIÓN E INNOVACIÓN
Conservas La Curiosa es una fiel defensora de la calidad de la conserva gallega y mantiene un profundo respeto por la tradición. Pero la compañía también se caracteriza por su gran curiosidad, como bien indica su nombre, y por una fuerte voluntad de innovar. "Lo de siempre, siempre estará bien, pero lo distinto puede estar mejor", afirman.
Su objetivo es introducir ideas frescas en un sector que a menudo tiende a ser muy conservador. Por ello buscan constantemente nuevas formas de sorprender y deleitar a sus clientes sin comprometer la esencia de las conservas gallegas.
Esta búsqueda de la innovación se refleja en su oferta de productos. Además de las conservas clásicas de alta calidad como mejillones, berberechos, navajas, sardinillas, y pulpo gallego, La Curiosa ha colaborado con chefs para crear combinaciones y sabores innovadores.
Ejemplos de sus atrevimientos gourmet incluyen: la Ventresca de atún al curry verde (con un toque indio), la ventresca al pesto, la caballa provenzal o Caballa canalla, o la sardinilla con pimientos de padrón, entre muchas otras sorprendentes opciones.
La producción total es de 80.000 latas al año, con 27 productos diferentes. Además de en su tienda online se pueden disfrutar de estos deliciosos productos en el hotel boutique Faro Silleiro de Baiona (Pontevedra) o en la cercana Taberna Atlántica Faro Pequeno que permite disfrutar (con unas vistas oceánicas) de su laterío más original o de algunas de sus especialidades como el Tabulé de atún al curry 'La Curiosa'.
DISEÑO QUE CONQUISTA Y CALIDAD QUE PERDURA.
Para La Curiosa, el diseño importa tanto como el contenido y es que el objetivo de la marca es vestir un producto gourmet de regalo.
La idea es que una clientela más joven se sienta identificada con la estética de las latas, y al mismo tiempo, aprenda a apreciar un producto extraordinario dándole una vuelta por dentro y por fuera.
María José Fernández Ferreiro, una artista también de la familia, es la encargada de dar vida a las ilustraciones que adornan las latas, creando un producto original que no solo se deguste sino que también se guarde y se coleccione.