Los datos son incuestionables: el 88% de las personas infieles afirma darse besos apasionados con sus amantes y sólo el 65% lo hace con sus parejas. De hecho, más del 40% de infieles afirma que ya no hay pasión en su matrimonio y no les provoca tanto pasar por la fase de los besos; mientras que el 22% declara que es algo que simplemente ya no hacen.
“Está claro, que los hábitos y la rutina tienden a sofocar gradualmente la sexualidad de las parejas casadas, por eso algunos buscan en la infidelidad el cambio de pareja para así variar y mejorar esos hábitos sexuales,” afirma Sílvia Rúbies, responsable de comunicación de Gleeden en España. “A veces, la falta de esfuerzo y el desgaste en la pareja gana al deseo.”
De esta manera, un abrumador 65% de personas infieles admite sentirse raramente excitado por un beso de su pareja, mientras que un 72% confiesa excitarse mucho cuando se besa con su amante. Además, también explican que suelen practicar preliminares a menudo con su amante, pero rara vez lo hacen con su cónyuge.
De todos los besos, el preferido por los usuarios y usuarias de Gleeden es el beso en los labios, que elige un 90% de ellos y ellas. Los besos en la mejilla y en la frente tienen pocos adeptos entre los y las infieles. Y esto tiene su explicación científica porque los labios tienen muchas terminaciones nerviosas sensibles, por lo que, cualquier beso, pero especialmente en los labios, envía gran cantidad de señales de placer al cerebro.
En cualquier caso, el beso sigue siendo el protagonista de las relaciones sexuales: el 64% de las personas ha respondido que no sabe tener sexo sin besos. Y lo cierto es que, según los expertos, los besos ayudan a reducir la presión arterial, a disminuir el colesterol de la sangre, quemar calorías, aliviar el estrés y disparar la endorfina de nuestro organismo, por lo que pueden considerarse muy beneficiosos para el cuerpo humano.
Por todos estos motivos, lo mejor será que no escatimemos en besos ¡ni el próximo 13 de abril ni ningún día del año!