El precio de los productos es cada vez más determinante: 6 de cada 10 encuestados en Galicia señalan que ahora es más probable que adquieran la versión más barata de un producto que hace 12 meses.
La “greedflation”, también conocida como ‘inflación codiciosa’, hace referencia a la subida de precios injustificada llevada a cabo por una empresa para aprovechar la inflación y aumentar su margen de beneficios. Entre las acciones que se realizan dentro de esta práctica, estaría subir los precios más de lo que justifican sus costes de producción o, en el caso de que estos disminuyeran, mantenerlos elevados.
A pesar de que los consumidores son conscientes de las dificultades financieras a las que se enfrentan muchas compañías, un elevado porcentaje de la población no ve con buenos ojos que muchas de ellas se aprovechen del incremento generalizado de los precios para obtener beneficios adicionales con este tipo de prácticas. Esta es una de las principales conclusiones obtenidas con el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum, del que se desprende que el 73% de los gallegos dejaría de gastar dinero en empresas que practican “greedflation”.
Analizando la respuesta por regiones, el estudio, que examina la salud financiera de 20.000 personas procedentes de 20 países europeos, muestra que el porcentaje de españoles que opina de esta manera es del 71%, tres puntos por encima de la media europea, lo que sitúa a nuestro país en el séptimo puesto, por debajo de Grecia (83%), Irlanda (78%) y Reino Unido (74%), Italia (73%), Francia (72%) y Suecia (72%). Al otro extremo del listado estaría la población de Noruega (60%), República Checa (57%) y Suiza (56%).
Esto se debe a que el factor precio ha ganado gran protagonismo, y los consumidores se inclinan cada vez más por adquirir las versiones más económicas de sus productos. En este sentido, el informe elaborado por la compañía de gestión de créditos y activos revela que el 62% de la población gallega reconoce ser ahora más propensa que hace 12 meses a comprar la alternativa más barata de un producto o servicio. Un dato que, a nivel nacional, asciende al 70%, el cual se sitúa tres puntos por encima de la media de respuesta en Europa (67%).
De acuerdo con el estudio de Intrum, Portugal (81%), Grecia (76%) y Finlandia (74%) serían los territorios en los que más ciudadanos afirman adquirir versiones más económicas por el creciente coste de vida. Por su parte, Austria (61%), República Checa (56%) y Suiza (53%) serían los que menos.
Estas cifras reflejan que la toma de decisiones financieras informadas está cada vez más presente. Un fenómeno que cobra aún mayor importancia en un contexto en el que los descuentos y las estrategias comerciales de las rebajas de principios de año siguen vigentes, y en el que es más importante que nunca que los consumidores sean reflexivos en sus elecciones de compra para hacer frente a las complejidades del escenario económico actual.