En concreto, el informe muestra que las mujeres ostentan la titularidad de un 30,4% de estas explotaciones vitivinícolas, mientras que en torno a un 30% de los trabajadores de las bodegas españolas son mujeres. Una tasa de participación femenina que se sitúa por encima de la correspondiente al conjunto del sector industrial en España, que es cercana al 27%.
Además, en el caso específico de las cooperativas vitivinícolas, cuentan con una amplia representación, ya que las mujeres representan cerca del 28% de los socios.
De esta forma, las mujeres están muy presentes en puestos ligados a la dirección técnica y de calidad, así como en áreas de administración, comunicación y marketing. Una tendencia que nace de la participación femenina en la esfera académica, de formación relacionada con el sector vitivinícola.
Así, dentro de la formación especializada en vitivinicultura y enología, se observa una mayor presencia de la mujer en niveles educativos superiores (grado y postgrado universitarios). No en vano, al menos la mitad de los matriculados en grado y máster en enología, en España.
La directora de OIVE, Susana García, ha explicado que la presencia de las mujeres "empieza en las viñas y bodegas de los pequeños municipios, donde ejercen un papel imprescindible en el medio rural". "Son garantía de futuro para el sector primario y fundamentales para su desarrollo. Las mujeres han tenido un papel clave en la transformación y modernización del sector vitivinícola español en las últimas décadas, lo que nos ha convertido en uno de los principales motores de la industria agroalimentaria de España", ha recalcado.
No obstante, García, que reconoce que aún queda mucho por hacer en el sector, cree que "es indudable que, en pocos años, la mujer está ocupando un lugar destacado en el sector vitivinícola desde la producción, elaboración y distribución y, por supuesto, también en su papel como consumidora de vino".