Además de París, otras ciudades como Marsella, Burdeos, Lyon, Saint-Etienne, Niza, Nantes, Lille y Teahupo’o (en la Polinesia Francesa) también serán sede de importantes competiciones deportivas. Este despliegue multisede plantea desafíos de seguridad considerables en un contexto global marcado por la polarización, el auge de los activismos y diversos conflictos bélicos. Ante esta realidad, el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, ha hecho un llamado a la Tregua Olímpica, evocando la tradición de la antigua Grecia que buscaba la paz durante la celebración de los Juegos.
Para garantizar la seguridad durante los Juegos Olímpicos, se prevé el despliegue de cerca de 20.000 agentes de seguridad privada por día, apoyados por las fuerzas de seguridad del Estado francés. Este esfuerzo coordinado busca mitigar las posibles amenazas que un evento de tal magnitud puede enfrentar.
Por ese motivo, la Unidad de Inteligencia y Prospectiva de Prosegur Reseabrch ha realizado un análisis de la situación con el fin de identificar las principales y posibles amenazas, tanto físicas como digitales, de la próxima competición deportiva:
Ataques terroristas: Recientemente, canales de difusión utilizados por islamistas radicales han señalado específicamente este evento como potencial objetivo de sus acciones. Como respuesta, desde el 24 de marzo, Francia mantiene en el país el nivel de alerta urgence attentat (NAA, Nivel de Alerta Antiterrorista) por el que las fuerzas de seguridad mantienen un despliegue adaptado a esta amenaza.
Protestas sociales: Los Juegos Olímpicos son un espectáculo universal con audiencias que pueden superar los 1.000 millones de telespectadores, lo que convierte a este evento en un perfecto altavoz para los reclamos de distintos grupos sociales. Desde cuestiones internacionales como el conflicto entre Israel y Palestina, la guerra de Ucrania o el cambio climático, hasta cuestiones locales en una Francia que celebró elecciones legislativas poco antes de los JJ. OO.
Riesgos físicos para la salud: Problemas derivados por golpes de calor, gestión de las masas de gente en el interior de los estadios o en las áreas con aglomeraciones. El correcto control de accesos será clave para evitar las avalanchas y eludir las intrusiones; en este sentido, las autoridades francesas han implementado un sistema de seguridad basado en cuatro zonas perimétricas en las que los desplazamientos podrían quedar limitados o restringidos.
Criminalidad física y digital: La afluencia masiva de participantes, espectadores y turistas a las ciudades en las que se celebra el evento -especialmente París- incrementa el nivel de riesgo criminal, siendo los hurtos en la vía pública y los robos en establecimientos hoteleros los delitos más comunes. Dentro del ámbito tecnológico, se destacan las ciberestafas, donde los criminales se centrarán en delitos digitales como la compraventa de entradas, la falsificación de estas y las estafas en el alquiler de alojamientos, principalmente departamentos turísticos.
Boicots: El carácter phygital (físico y digital) del evento trae consigo la posibilidad de que se produzcan boicots al mismo mediante el sabotaje de sistemas de telecomunicaciones que paralicen o deterioren su retransmisión o su continuidad. También en materia tecnológica se advierten los ciberataques dirigidos a robar información o alterar el evento.
Desde Prosegur Research se recomienda a cualquier persona que asista a la histórica competición que, antes de viajar, compruebe la veracidad de sus reservas y anticipe el desarrollo de huelgas o manifestaciones que puedan alterar su desplazamiento. Una vez allí, es aconsejable cuidar las pertenencias tanto dentro del alojamiento como en la vía pública, así como mantenerse hidratado para combatir las posibles altas temperaturas. Por último, recomienda comprobar los gastos de su tarjeta de crédito o débito para asegurar que todos los pagos realizados son correctos.
En caso de que se produzcan situaciones de caos, se recomienda mantener la calma y confiar en los expertos y las autoridades.