El análisis, que combina técnicas estadísticas cuantitativas con trabajo de campo cualitativo, revela que la implantación de plantas solares contribuye a dinamizar el empleo local, atraer población, estimular el tejido empresarial y aumentar los ingresos municipales, con una percepción social mayoritariamente positiva y relacionada con la modernización y diversificación de la economía local.
“Los principales hallazgos evidencian beneficios significativos en el empleo local, la actividad económica y las finanzas municipales, así como efectos positivos en la demografía y la renta per cápita de los residentes. Estos datos ponen de manifiesto que la fotovoltaica no solo es esencial para mitigar el cambio climático, sino que también es una pieza clave para promover la cohesión territorial y el desarrollo local”, comentó Natalia Fabra, economista y profesora de Economía en la Universidad Carlos III y directora del estudio cuantitativo.
“Nuestro objetivo es que los parques solares sean un vecino más durante su vida útil, contribuyendo al desarrollo y prosperidad del municipio. Y que el territorio donde se ubican quede, tras su paso, no solo igual; sino mejor de lo que estaban”, comentó José Donoso, director general de UNEF.
El estudio destaca que, para maximizar las oportunidades que estas inversiones suponen para los municipios, las políticas públicas deben enfocarse en formación de los trabajadores, el fortalecimiento del tejido industrial y el buen uso de los ingresos fiscales. Por ello, si se mantienen y refuerzan las buenas prácticas de gobernanza, sostenibilidad y participación, las plantas fotovoltaicas pueden convertirse en un motor de desarrollo para municipios de muy diversas características.
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