Estos números se desprenden del último informe de perspectivas de la industria europea, elaborado por Orgalim, la Federación europea de la industria tecnológica, en los que la Asociación Nacional de Fabricantes de Bienes de Equipo (Sercobe), participa dentro de su grupo de trabajo de estadísticas.
En concreto, el documento explica que las industrias tecnológicas europeas están experimentando una disminución de la demanda y una reducción de los pedidos pendientes en muchos sectores.
No obstante, desde el lado positivo, si bien persisten las presiones inflacionistas, los costes relacionados con la energía y los metales industriales han ido disminuyendo y la situación laboral en el sector se espera de cierta estabilidad y con una curva creciente.
"Estas cifras mejoran la previsión anterior. Sin embargo, la tendencia dominante en las industrias tecnológicas es la de desaceleración de la demanda durante el transcurso de 2023. Actualmente nos encontramos ligeramente pesimistas sobre las perspectiva para 2024, a pesar de los destellos de esperanza", han explicado desde Orgalim.
Con todo, estas estimaciones están sujetas a importantes incertidumbres. Entre otros, la persistencia de las tensiones geopolíticas, con consecuencias impredecibles e imprevisibles, podría tener un efecto en los precios de los productos básicos.
En caso de darse un posible un repunte cíclico, es poco probable que ocurra antes de la segunda mitad de 2024. Entre las incertidumbres que nublan las perspectivas también se encuentran si la demanda de China se recuperará, si la economía estadounidense logra un aterrizaje suave y si la economía europea podrá pronto salir del escenario de alta inflación con tipos de interés en aumento.
EMPLEO E INVERSIONES
A pesar de la caída de la demanda, el sector está viviendo una "contradicción" en el ámbito del empleo, ya que las empresas están logrando retener a sus trabajadores. Así, se espera un pequeño aumento del empleo del 1,3% este año y un aumento del 0,9% en 2024.
Por otro lado, desde la Federación alertan que se enfrentan a un problema estructural de escasez de personal cualificado en todos los países europeos. Como resultado, las empresas se aferran a su personal el mayor tiempo posible porque los costos de despedir personal serían muy altos, ante un aumento de demanda no habría posibilidad de recuperarlos a tiempo.
En tanto, la disposición a invertir en la industria se encuentran actualmente en una situación "muy moderada". En cifras, se espera un ligero descenso de la inversión del 1% y una ligera caída adicional del 0,7% el próximo año, después de ajustar la inflación.
Los elevados tipos de interés, la incertidumbre sobre la situación económica mundial y la situación crítica de los márgenes de las empresas, están reduciendo la capacidad de las compañías para invertir.
Sin embargo, podría darse cierta luz al final del túnel para la inversión corporativa si se consolida un repunte económico mundial. Si bien existe la esperanza de un aumento de la demanda en la segunda mitad de 2024, esto todavía está asociado con una gran incertidumbre.
PERSPECTIVAS POR SECTORES
Por sectores, la industria automovilística evita una caída mayor, con una contracción de la facturación del 2,5% para 2023 y del 1,4% en 2024 que reflejan una mitigación, por ahora, de la desaceleración.
Para el sector de tecnología del metal, se espera una caída del 2,5% en la facturación real este año, y una contracción adicional del 1,4% en 2024. Las razones de la caída de la demanda mundial en este sector incluyen la caída de la inversión provocada por la disminución de los beneficios empresariales.
En el caso del sector eléctrico y TIC, el crecimiento se desacelerará a pesar del viento de cola, con señales claras de estancamiento. Así, se espera que la facturación real se mantenga estable o disminuya en 2023 (con una reducción del 0,3%), y una nueva caída real del 1,5% en 2024.
Por último, el sector de ingeniería mecánica, una vez que los pedidos pendientes de gran volumen están empezando a expirar, vivirá una caída final de la facturación en 2023 del 1,2% en términos reales, y del 2,3% en 2024.
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