En una estimación preliminar de sus resultados, que serán publicados el próximo 17 de julio, Alcoa ha situado su beneficio en una horquilla de entre 5 y 25 millones de dólares, lo que supone salir de los 'números rojos' de 102 millones de dólares (94 millones de euros) registrados en el mismo periodo de 2023 y dejar atrás las pérdidas de 252 millones de dólares (233 millones de euros) contabilizadas en los tres primeros meses de 2024.
En este sentido, la compañía destacó que la mejora secuencial de sus cuentas en el trimestre fue impulsada, principalmente, por la "no recurrencia de un cargo de 197 millones de dólares (182 millones de euros) registrado entre enero y marzo en relación con la reducción de las operaciones en la refinería de Kwinana, en Australia.
Asimismo, la multinacional ha avanzado que espera registrar una cifra de negocio de entre 2.850 y 2.925 millones de dólares (2.633 y 2.702 millones de euros), lo que supondría una mejora refleja un aumento "secuencial" debido a mayores precios promedio realizados de terceros para la alúmina y el aluminio, parcialmente compensados por menores envíos de alúmina.
El presidente y consejero delegado de Alcoa, William F. Oplinger, destacó que los "sólidos resultados preliminares para el segundo trimestre" reflejan las mejoras del mercado y expresó su confianza en cerrar la adquisición de Alumina Limited "alrededor del 1 de agosto de 2024".
SAN CIBRAO
En cuanto a la situación de la planta de San Cibrao, la compañía estadounidense aseguró seguir trabajando en la búsqueda de soluciones energéticas viables tanto para la refinería como para la fundición, mientras avanzaba en el proceso para la potencial venta del complejo.
"Tanto los precios de la alúmina como del aluminio mejoraron durante el segundo trimestre y, según las condiciones económicas actuales, Alcoa anticipa que la financiación disponible se agotará a finales de 2024", advirtió la multinacional.
A principios de año, Alcoa había avisado de que, sin un cambio sustancial, los fondos disponibles se agotarían en la segunda mitad de 2024, lo que abocaría a la empresa a tomar decisiones difíciles con un impacto adverso y potencialmente irrevocable en el empleo.
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