En efecto, por primera vez, el informe pone el foco en las mujeres migrantes, un segmento de la población cuya participación y peso en el mercado laboral es cada vez más significativo pero que, al mismo tiempo, encuentra importantes barreras en su acceso al empleo.
“Su doble condición de mujeres y migrantes las sitúa en una posición de desventaja estructural, ante obstáculos como la discriminación por origen, la dificultad para homologar sus títulos, la falta de redes de contacto o la sobreexposición a la economía sumergida. Todo ello supone un gran lastre, teniendo en cuenta que, en los próximos años, se prevé la llegada de millones de mujeres migrantes que desempeñarán un papel crucial, por su potencial para llenar el vacío de una población activa nativa decreciente. Garantizar su acceso a empleos formales y con derechos no solo es una cuestión de justicia social, sino una necesidad ineludible para sostener el tejido productivo y asegurar la cohesión social”- asegura Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco.
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