Los españoles se lanzan a salir de su zona de confort en sus viajes por beneficios como el desafío personal, el autoaprendizaje y poder conocer otras formas de vivir, entre otras motivaciones.
De los ocho países participantes en el estudio (España, Francia, Alemania, Italia, Portugal, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos) España es el país europeo con mayor espíritu aventurero y del mundo, solo por detrás de Estados Unidos.
Frente a estos países, los viajeros europeos que reconocen ser menos aventureros son los británicos ya que sólo un 44% declara interés o considera haber viajado fuera de su zona de confort, seguidos de los alemanes (65%) y los suecos (67%).
Según los resultados globales, los jóvenes de entre 25 y 34 años son los más abiertos a vivir experiencias en este sentido (82%) frente a los adultos mayores de 65 años (41%). Por género, los hombres se sienten más seguros lanzándose a la aventura en sus viajes (71% ellos frente al 64% ellas).
Improvisación para salir de la zona de confort
Los encuestados también analizaron qué aspectos convierten un viaje en una aventura. Los españoles señalaron la improvisación durante el viaje como el principal elemento (30%), seguido de aprender técnicas de supervivencia (18%), viajar solo (15%) y desprenderse de lujos (13%). Otros menos populares para la muestra española fueron buscar la sostenibilidad total en el viaje (13%) y emprender unas vacaciones de lujo (11%).
Los resultados españoles muestran que los adultos de más de 65 años consideran que viajar solos activa su modo más aventurero (25 %), en contraposición a los jóvenes de 35 a 44 años, dado que solo el 8 % lo ven imprescindible para salir de su comodidad.
En cuanto al género, las mujeres consideran la improvisación (31 %) y las técnicas de supervivencia (20%) las principales fuentes de aventura, mientras que los hombres muestran más intriga por unas vacaciones basadas en la sostenibilidad (15%).
El análisis también analizó las motivaciones para realizar viajes fuera de la zona de confort. En este plano, los españoles encuentran en el desafío personal (28%), el autoaprendizaje (26%) y el conocimiento de otras formas de vivir (21%) como principales beneficios de realizar un viaje de este tipo.
Asimismo, los viajeros esperan que estas experiencias repercutan en un cambio posterior en su vida cotidiana (13%) y poder aprender sobre nuevas culturas o idiomas (7%).
Por edades, los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años contemplan el desafío personal como la gran motivación de estos viajes (30%), frente a los mayores de 65 años, que destacan cambiar su vida cotidiana y el aprendizaje de nuevas formas de vivir (ambas con un 28 %). Por sexos, ellas valoran especialmente el desafío personal (31% frente 23%), mientras que ellos reparan en el autoaprendizaje (28% frente 24%) y en descubrir otras formas de vivir (23% frente 19%).
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