Con ese impulso, Pablo decidió unirse a la Escuela de Verano del náutico de sanxenxo y participar en su primera regata. Aquella competición despertó aún más su pasión por la vela, llevándo a inscribirse en la Escuela de Vela de Coruña, su ciudad natal. A pesar de los desafiantes inviernos y el clima inclemente, Pablo perseveró en su entrenamiento, encontrando en la vela una fuente constante de motivación y superación personal.
Su determinación y esfuerzo le llevaron a unirse al Real club náutico de la Coruña, donde alcanzó uno de sus mayores logros al ganar el Campeonato de España Juvenil de la clase J80 en 2018.Este logro significativo le dio un impulso adicional para seguir trabajando arduamente en su carrera deportiva.
En el Náutico de Coruña, es donde encontró un ambiente motivador y competitivo que le ayudó a crecer como deportista. Lo describe como el club más significativo para él.
Su compañero de equipo, no solamente se llama igual que él, si no que la vida que llevan se asemeja demasiado. Pablo destaca la importancia del compromiso y la conexión con su compañero de equipo. Ambos dependen el uno del otro y su relación se basa en una fuerte confianza y apoyo mutuo.Junto a Pablo, su compañero, pasan la mayor parte de su tiempo juntos, incluso viviendo en la misma residencia y compartiendo prácticamente todas las actividades.
Pablo no solo tiene que lidiar con equilibrar el barco en mar sino con el equilibrio de las obligaciones,especialmente durante su último año de bachillerato. En ese periodo crucial, tuvo que encontrar el equilibrio entre sus compromisos deportivos, los estudios y la preparación para los exámenes de selectividad. Aunque el centro educativo ha adaptado horarios y brindado apoyo, el cansancio y los desafíos han sido constantes. Los largos días de entrenamiento seguidos de noches de estudio han sido agotadores. Sin embargo, la vela ha sido su escape y una forma de desconectar en momentos difíciles, destaca Llorens.
En busca de aliados financieros
La búsqueda de patrocinadores y la gestión administrativa han sido verdaderos desafíos. Convencer a los patrocinadores de invertir en su carrera ha sido una tarea difícil, ya que la vela no es un deporte tan conocido como el fútbol o el tenis, manifiesta Pablo Llorens. Sin embargo, gracias a la ayuda de una amiga con conocimientos en marketing, Pablo ha logrado elaborar un dossier y ha obtenido algún apoyo financiero.
“Sigo en la búsqueda, porque para la temporada que viene empiezo con el barco olímpico, y eso implica grandes gastos. La vela es un deporte muy caro, y sin la ayuda de los patrocinadores, de la federación, del náutico de coruña, sería imposible, no podría haber ido al mundial europeo sin ayuda de toda esta gente” explica el joven deportista.
Persiguiendo sueños olímpicos
Para Pablo Llorens, los sueños son algo que ha acariciado durante mucho tiempo y que seguirá persiguiendo hasta lograrlos. Su objetivo es claro: representar a su país en los Juegos Olímpicos. Reconoce que es un desafío difícil estar en los de 2028 ya que requiere un arduo trabajo, pero está decidido a intentarlo. Pablo es consciente de las dificultades que implica su meta. En primer lugar, como regatista juvenil, sería poco común verlo compitiendo en la categoría olímpica, ya que en los Juegos Olímpicos suelen participar deportistas más experimentados y con mayor destreza en su embarcación.
“Los juegos olímpicos, van a seguir siendo mi sueño hasta que lo consiga". Para Pablo, los sueños no se detienen,al ver complicaciones en alcanzar los juegos olímpicos de 2028, entiende que cumplir su meta podría llevar más tiempo. Su objetivo más realista y principal es representar a su país en los Juegos Olímpicos de 2032. Este enfoque a largo plazo demuestra su determinación y su comprensión de que el camino hacia el éxito requiere tiempo, esfuerzo y perseverancia.
Mientras espera su oportunidad en 2028, Pablo también tiene otro sueño en mente: participar en la Ocean Race, una de las competiciones más desafiantes y prestigiosas en el mundo de la vela.
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