En concreto, está previsto que se recolecten unas 350 toneladas de aceituna: 150 toneladas corresponden a la variedad hojiblanca, 150 a arbequina y las otras 50, a las de cornicabra y picudo. En total, se prevé que la producción de las cuatro variedades de aceite de oliva virgen extra (AOVE) alcance las 60 toneladas, según las estimaciones de Víctor Pérez, gerente de la compañía, que avanza una campaña de producción "muy limitada y cuidada" que dará un aceite "exclusivo y de una calidad única".
Debido al calor y a la prolongada sequía, la almazara ha tenido que adelantar la recolección de la aceituna a mediados de septiembre y prevé que acabe a finales de octubre, lo que supone un período más reducido de lo normal.
Según Pérez, la prolongada sequía y el caluroso verano que se ha dado en el territorio nacional han reducido la cantidad de frutos de los olivos y han acelerado su maduración, aunque no ha mermado su calidad.
"La aceituna tiene menos humedad y durante el proceso de elaboración del aceite, perderá menos antioxidantes. Así, el AOVE resultante será más potente, amargo y picante, de excelente calidad y más saludable debido al alto contenido de polifenoles que esperamos", ha explicado el gerente de la almazara.
Situada en Bobadilla, cuenta con 380 hectáreas, entre pastos, pinares y olivares, compuestos estos últimos por un 50% de olivos centenarios de la variedad hojiblanca y el 50% restante por olivos nuevos de las variedades arbequina, picudo y cornicabra.
La almazara, además, está comprometida con la sostenibilidad, por lo que cuenta con placas solares para cubrir parte de sus necesidades mediante energía renovables y forma parte de 'Olivares Vivos', un proyecto en torno a la olivicultura que busca revertir la degradación de los espacios dedicados a la producción de aceite.
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