La organización criminal detrás de las páginas web usaba las técnicas del 'phising' y el 'spoofing', es decir, ofrecían a través de estas webs fraudulentas productos a un precio muy inferior a su valor de mercado. Una vez las víctimas realizaban el pago, el pedido nunca llegaba a los clientes.
Según ha comunicado la Policía, los estafadores replicaban la cabecera, logos y maquetación de las marcas y promocionaban las páginas web en redes sociales como Facebook o Instagram. Los dominios eran registrados en empresas de países americanos y asiáticos, mientras que los cobros a las víctimas se realizaban a través de un comercio con sede en Brasil.
Para dar mayor credibilidad a su supuesta actividad comercial, los estafadores utilizaban certificados SSL, que cifran los datos introducidos, y el protocolo HTTPS, que muestra un candado en la barra de navegación que hasta ahora se consideraba como indicador de sitio web seguro.
El Cuerpo ha señalado que este tipo de páginas web proliferan en épocas de alta demanda comercial, como puede ser el 'Black Friday' o la Navidad. Los agentes aconsejan ser precabidos con las promociones que llegan por email o redes sociales, así como desconfiar de los descuentos "excesivos".
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