Aranceles y exposición exterior: un riesgo latente
Aunque los aranceles no son el único factor de presión, sí representan una amenaza significativa para sectores clave de la economía española. El Gobierno de Estados Unidos ha impuesto aranceles del 25% a productos como el acero, aluminio y componentes industriales, y se mantiene un gravamen del 35% sobre la aceituna negra, con amenazas de aranceles del 200% al vino europeo.
Esta situación afecta especialmente a regiones exportadoras como Cataluña, La Rioja, Andalucía o la Comunidad Valenciana, y a sectores como el agroalimentario y la automoción, donde la dependencia del mercado estadounidense es elevada.
“Si no se alcanza un acuerdo antes del 9 de julio, nueva fecha límite tras la prórroga negociada entre EE.UU. y la UE, podrían activarse numerosos planes de reestructuración en empresas exportadoras”, advierte Luis Martín Bernardo, abogado, economista y socio fundador de Abencys.
En respuesta, el Gobierno español ha aprobado el Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial, dotado con 14.100 millones de euros, destinado a mitigar el impacto de estos aranceles. Este plan movilizará 7.400 millones de euros en nuevos recursos financieros y aprovechará otros 6.700 millones mediante instrumentos ya existentes.
Incluye ayudas directas, préstamos, avales del ICO, sistemas de protección laboral e incentivos para los sectores afectados (con el fin de reforzar la competitividad empresarial y reorientar las exportaciones hacia nuevos destinos estratégicos), además de la creación de un nuevo fondo europeo y la ratificación prioritaria del acuerdo con MERCOSUR.
Sectores con mayor exposición
Por un lado, se encuentran en una situación crítica aquellas compañías con una fuerte dependencia del comercio exterior que no han diversificado sus mercados ni evaluado con precisión su exposición real a la previsible evolución del entorno geopolítico y comercial internacional.
Aquellas organizaciones que operan con alto grado de internacionalización o con fuerte exposición al comercio transatlántico deben prestar especial atención. "El contexto actual no solo requiere mejorar en productividad, sino también diseñar planes de contingencia por si el entorno se vuelve aún más restrictivo", apunta Martín.
Además, el despacho señala que el riesgo de reestructuración no afecta únicamente a las empresas afectadas por las nuevas barreras comerciales. A este grupo se suman las empresas que no supieron anticiparse a cambios en el pasado, que arrastran una situación económica y financiera debilitada en la actualidad.
“En estos casos, la falta de ajustes estructurales a tiempo ha derivado en procesos de reestructuración más complejos, donde la urgencia y la falta de margen de maniobra limitan las opciones de recuperación. En muchos de estos casos los fondos han adquirido deuda y, al ejecutarse las garantías, han pasado a controlar activos estratégicos o incluso la propiedad de las empresas que ofrecieron esos activos como aval”, explica el socio de Abencys.
España, entre los países con mayor potencial de crecimiento
Pese a este entorno desafiante, el Fondo Monetario Internacional ha señalado que España, junto con Rusia, se encuentra entre las economías con mayor potencial de crecimiento en 2025. En su informe de abril, el organismo elevó la previsión de crecimiento del PIB español al 2,5%, destacando su capacidad de adaptación frente a la guerra comercial y su limitada exposición directa al mercado estadounidense. Posteriormente, la Comisión Europea también revisó al alza esta cifra, situándola en el 2,6%.
No obstante, desde el despacho de abogados y economistas insisten en que este crecimiento solo será posible si las empresas adoptan medidas de diagnóstico anticipado y reestructuración preventiva.
“La incertidumbre no puede gestionarse desde la reacción improvisada. Las empresas deben prepararse con antelación, evaluar su exposición real y activar soluciones antes de que el deterioro sea irreversible”, concluye el experto.
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