En una conferencia con analistas para presentar los resultados del tercer trimestre del año, Bogas indicó que "si este impuesto especial es discriminatorio frente a los derechos de las empresas europeas, no tiene sentido continuar con eso". "Seguiremos apelando y veremos qué pasa", añadió al respecto.
El directivo destacó que, en primer lugar, cuando se habla de "readaptar y mantener" este impuesto -que ha supuesto un impacto de unos 208 millones de euros para la compañía en este ejercicio-, que en el caso de las energéticas se aplica durante 2023 y 2024, gravando el 1,2% de la facturación obtenida en aquellas empresas con ingresos superiores a 1.000 millones euros excluyendo los negocios regulados y actividades fuera de España y extra peninsulares, habrá que ver "qué significa esa readaptación".
De todas maneras, defendió que las eléctricas no están teniendo en ningún caso 'windfall profits', ya que en España se tiene un 'clawback' de 67 euros/MWh, muy inferior a los 180 euros/MWh establecidos por la Unión Europea, y subrayó que, en todo caso, el impuesto se debería aplicar sobre el beneficio y no sobre los ingresos.
UNA DESVENTAJA COMPETITIVA FRENTE AL MERCADO EUROPEO
"En este caso decimos que es discriminatorio para las eléctricas españolas, ya que disminuye nuestra capacidad de inversión respecto a otros actores europeos. Tenemos una desventaja competitiva en términos del mercado europeo, y esto no tiene sentido", dijo.
Por ello, consideró que se debería "centrar" todo el potencial en el desarrollo de las renovables y reforzar las redes de distribución para abordar la transición energética.
Por otra parte, Endesa lanzará un nuevo plan estratégico para el periodo 2024-2026 el próximo 23 de noviembre, en el que actualizará su actual 'hoja de ruta' para 2023-2025.
Como viene siendo habitual, esta actualización de la 'hoja de ruta' de la energética tendrá lugar en noviembre y se producirá un día después de que su matriz, la italiana Enel, presente el que será su nuevo plan, el día 22 de noviembre.
El plan de Enel, máximo accionista de Endesa con una participación del 70%, definirá así la nueva estrategia de la compañía tras los relevos que se produjeron en su cúpula el pasado mes de mayo, con el nombramiento de Flavio Cattaneo como consejero delegado, sucediendo a Francesco Starace -que estaba al frente de la compañía desde 2014-, dentro de los cambios sacados adelante por el Gobierno de Giorgia Meloni, ya que el Estado italiano controla un 23,6% del capital de la energética transalpina.
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