El presidente de la Fundación Soermar ha explicado que el modelo de negocio del sector naval está apostando por la tecnología, el medioambiente y la diversificación para reforzar su innovación y, por tanto, su competitividad, por lo que necesita talento formado en estas capacidades, “y esto nos plantea un gran problema, ya que las siguientes generaciones no están obteniendo cualificaciones necesarias para incorporarse a esta industria”. Hay que recordar que España tiene la segunda tasa más alta de abandono prematuro de la formación y la educación de la Unión Europea, que alcanza el 13,3%, y una tasa de desempleo juvenil del 27%, también de las más altas de la OCDE.
Ha puesto de relieve, además, que esto ocurre en un país con una de las tasas generales de paro más altas de la UE y la más alta de la OCDE, que se prevé alcance en el primer trimestre de 2024 el 11,8%. “Se requieren, por tanto, medidas para abordar los desajustes entre la demanda y la oferta en el ámbito de recualificaciones y habilidades, las mejoras de las políticas activas de empleo y el aumento de incentivos para la activación de personas paradas”, ha añadido.
Pero también ha manifestado la importancia de crear nuevas vocaciones, de trasladar a las futuras generaciones las satisfacciones que este sector da: “Los astilleros somos empresas centenarias que llevamos en el ADN nuestro origen en el mar, en nuestro caso en concreto la pesca fue nuestro origen, y eso es algo que se percibe en la ciudad de Vigo y que tenemos que trasladar al resto de la sociedad, la importancia del sector naval”.
También ha puesto de manifiesto la importante labor que la Fundación Soermar está desempeñando con la cátedra que dirige en la ETSIN, con el fin de acercar a los alumnos universitarios la realidad de las empresas, a través de los testimonios y la experiencia de los profesionales que hoy en día trabajan en el sector y están asumiendo los retos tecnológicos del mismo.
El sector de construcción naval europeo está integrado por 300 astilleros y 22.000 proveedores de equipos y empresas de servicios que generan 576.000 puestos de trabajo directos y 500.000 más indirectos en toda la UE. A este le ha aconsejado “potenciar y promocionar su imagen y fomentar que sea considerado una opción de futuro para los jóvenes. Necesitamos aumentar las nuevas vocaciones para alinear la oferta formativa y las necesidades del mercado laboral”. Algo que ha considerado imprescindible para hacer frente a la jubilación del 40% de su masa laboral en los próximos 10 años.
Se ha referido, asimismo, al Pacto Europeo por las Capacidades promovido por la Comisión Europea, que hemos de recordar que incide en la cooperación público-privada para mejorar y reciclar las capacidades de las personas en Europa y promueve acciones conjuntas de todos los actores involucrados para invertir en formación de todas las que están en edad de trabajar. Unas acciones que la institución europea considera imprescindibles para apoyar una recuperación justa y resiliente y conseguir los objetivos de las transiciones verde y digital y de las estrategias industriales. “La Comisión estima que con este pacto se mejorarán y reciclarán las capacidades del 7% de los empleados de la industria cada año durante los próximos 5 años (un total de 201.600 personas y cubrirá habilidades digitales, 4.0, ecológicas, transversales y técnicas) y se atraerá a 234.000 nuevos empleados para 2030”, ha destacado.
El representante de Soermar ha considerado, por otra parte, que, al amparo de este pacto, todos los actores afectados podrán afrontar los principales desafíos a los que se enfrenta el sector naval, que, en su opinión, son: la reducción de pedidos por el impacto de la crisis del Covid-19; la necesidad de adaptar las capacidades a la Industria 4.0; el Pacto Verde europeo; el envejecimiento de las plantillas; la alta movilidad de trabajadores dentro de la UE y la ya citada necesidad de mano de obra altamente cualificada; la escasez de oferta formativa y los obstáculos para adaptar esta a las necesidades cambiantes de la industria; la dificultad para atraer talento - entre él, mujeres-, y los altos costes añadidos para las empresas de la formación y capacitación de sus empleados.
En este sentido, ha concluido que mantener el talento en el sector “es clave, como he dicho antes, para preservar la competitividad y el liderazgo de Europa en los mercados innovadores de tecnología marítima y alcanzar los objetivos de la Estrategia Industrial de la UE, la Estrategia de Movilidad Inteligente y Sostenible, porque la construcción naval, como se afirma en la Nueva Estrategia Industrial para Europa, es una de las industrias que tiene la responsabilidad y el potencial de impulsar las transiciones, apoyar la competitividad industrial de Europa y mejorar la conectividad”.
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