Durante los últimos años, la melatonina ha sido objeto de numerosos debates en el panorama científico y en especial en el campo de la dermatología por sus diversas aplicaciones. Capaz de regular los ritmos circadianos favoreciendo el descanso, también se ha empleado a nivel tópico, oral o en mesoterapia con el claro objetivo de frenar la caída del cabello. Sin embargo, ¿cuál es su nivel de efectividad, cómo actúa y qué es lo que podemos esperar de ella? La Dra. Alba Gómez Zubiaur, directora del Área Científica y de la Unidad de Medicina Capilar de IMR nos cuenta todos los detalles de la conocida como «hormona del futuro». Además, cómo y en qué casos la emplean en la Unidad de Medicina Capilar de IMR.
La melatonina: capaz de alargar la fase anágena del cabello
La melatonina es una hormona producida por la hipófisis o glándula pineal con un papel relevante en la regulación de los ritmos circadianos, explica la especialista. Además de esta función, añade, se ha descrito en diferentes publicaciones médicas de los últimos años su actuación “in vitro” e “in vivo” sobre los ciclos capilares. De hecho, cada vez hay más evidencia de una posible conexión entre estos ritmos circadianos y los ciclos capilares. Su actividad sobre el ciclo capilar estaría ligada a aumentar la fase anágena o fase de crecimiento, y, por tanto, podría retrasar la caída o disminuirla. No en vano, un cabello con una fase anágena aumentada tendrá mayor grosor y longitud, y su caída acontecerá al cabo de un mayor tiempo.
Melatonina: un tratamiento SOS en determinadas patologías capilares
Actualmente, y gracias a la capacidad de la melatonina para alargar la fase de crecimiento del cabello, se está utilizando en patologías que cursan con caída como el efluvio telógeno agudo y el efluvio telógeno crónico. En ambas patologías, la melatonina mejora el número de folículos en fase telógena o de caída:
• Efluvio telógeno agudo: suele existir un desencadenante, como puede ser haber pasado por una infección o enfermedad importante, una cirugía, un parto o un periodo de gran estrés. Su duración suele ser de 2 a 4 meses, normalizándose luego esta caída y recuperando el cabello perdido. Los factores desencadenantes provocan un desajuste de los ciclos capilares, con una entrada masiva y sincrónica de cabellos en fase de caída, cuando lo habitual es que solo el 15% del pelo se encuentre en esa fase. La caída otoñal o estacional también se recoge dentro de este cuadro, explica la Dra. Gómez.
• Efluvio telógeno crónico: la caída no es tan llamativa pero sí sostenida en el tiempo. En lugar de ascender por encima del 30% el número de cabellos en fase telógena, se mantienen en torno al 20-25%, que es superior a lo habitual pero no tan llamativo. Sin embargo, es la cronificación en el tiempo lo que va a caracterizar este tipo de caída. En este caso, no es tan sencillo encontrar un desencadenante, aunque se deben descartar déficits nutricionales, otras patologías y otros tipos de alopecia que también cursen con caída, añade.
Tópica, oral o en mesoterapia. ¿Cuál es más efectiva?
Tanto la melatonina oral como tópica o en mesoterapia – infiltrada de forma directa en el cuero cabelludo – se han propuesto como tratamiento para estos cuadros. Su objetivo principal es deshacer esta tendencia de los folículos a entrar de forma prematura en la fase de caída sin completar su crecimiento. La melatonina alarga esta fase anágena o de crecimiento, consiguiendo que el cabello sea más grueso y consiga mayor longitud, aclara la especialista.
Si bien es cierto que existen publicaciones que avalan su empleo, hoy en día todavía no es un tratamiento de primera línea, puesto que se requieren más estudios que corroboren su eficacia. No obstante, añade, ante la ausencia de efectos adversos relevantes tras su empleo, es muy frecuente que lo pautemos en IMR y controlemos su grado de eficacia.
Por otro lado, los últimos estudios parecen indicar que la actuación sobre los folículos pilosos se conseguiría mejor con su uso tópico, puesto que la disponibilidad a nivel del folículo sería mayor. Sin embargo, explica, dado que su empleo por vía oral también mejora el descanso nocturno al regular los ritmos de sueño y vigilia, la posible influencia sobre el estrés y el estilo de vida también serían beneficiosos para nuestro cabello.
Sin duda, la melatonina va a ser un tratamiento capilar del que hablaremos mucho en los próximos años, cuando la evidencia científica vaya aportando más luz sobre su modo de empleo y eficacia específica. Por el momento, ante su gran perfil de seguridad, seguiremos pautándola en IMR y vigilando su eficacia.
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