El/la Ingeniero/a electrónico es el perfil mejor retribuido de todos los analizados para el sector, con un sueldo que en autonomías como la Región de Murcia puede estar en 33.000 euros brutos anuales para las posiciones de más experiencia pero que en otras como el País Vasco puede alcanzar los 42.000 euros.
A continuación, la banda salarial de los Demand planners puede ir desde los 30.000-32.000 euros brutos anuales en autonomías como la Región de Murcia o Castilla-La Mancha, y llegar a alcanzar los 40.000 euros en regiones como Cataluña, el País Vasco o la Comunidad de Madrid, para su banda más alta. Es el mismo caso de los Supervisores/as de línea.
38.000 euros puede alcanzar el salario de un Técnico/a de mantenimiento industrial o de los/as Montadores mecánicos, dos de los perfiles con alta demandad en los últimos años, en regiones como el País Vasco. En esta remuneración también se encuentran perfiles como los/as Matriceros y los Técnicos/as de moldes.
Sobre 35.000 euros anuales aparecen también otras posiciones como los/as Frigoristas y con algo menos de salario medio anual se encuentran los Soldadores/as (30.000 euros medios de retribución).
El sector industrial juega un papel muy importante en la economía española. Cerca de 194.000 empresas componen el tejido industrial de nuestro país, donde trabajan alrededor de 2.726.000 personas. Este sector representa un 15, 3% del PIB nacional. Además, es, de los tres grandes sectores económicos, el que tiene un salario medio más elevado, con 2.040 euros mensuales.
En palabras de Benjamín López, director sectorial de Grupos Industriales en The Adecco Group: “la Industria española se enfrenta a grandes retos en materia de talento: necesidad de más formación en habilidades técnicas, envejecimiento de la mano de obra sin relevo generacional, globalización, seguridad laboral… Para abordar estos desafíos las empresas del sector pueden desarrollar estrategias de gestión de talento que incluyan el desarrollo de habilidades, la promoción de la diversidad y la inclusión, la adopción de tecnologías emergentes y la mejora de la cultura laboral y la seguridad en el trabajo. Además, la colaboración con instituciones educativas puede ser clave para la atracción de talento joven y la formación de una nueva generación de profesionales en la industria”.
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